martes, 9 de noviembre de 2010

International Silver Cup Karate Championship


Sensei Chojun Miyagi


Sensei Chojun Miyagi
(1888-1953)

Nace en Naha, Okinawa, el 25 de abril de 1888. A la edad de tres años fué adoptado por un tío que le nombró su heredero. Sus padres adoptivos eran una rica familia de comerciantes. Al tener una posición desahogada, decidió dedicar su vida por entero al estudio de las artes marciales. Se cuenta que el joven Chojun era de salud delicada, por lo que su abuelo pensó que el Karate podría darle vigor, y le llevó al Maestro Kanryo Higaonna cuando tenía 14 años.

Estudió bajo la tutela de Higaonna, durante 13 años y hasta la muerte de éste. Después viajó a China buscando al maestro Ryuko Ryu, con el que había estudiado Higaonna. No pudo localizarle, sin embargo, se dedicó a aprender algunas de las artes locales de la provincia China de Fukien. Fué de aquí de donde aprendió el kata Rokkishu, a partir del cual creó el kata Tensho.

Continuó entrenando con los métodos aprendidos del Maestro Higaonna, y enseñando en diferentes instituciones, siempre bajo condiciones muy exigentes y severas. No confinó el entrenamiento al Dojo, no obstante, sino que buscaba la aplicación del espíritu de su arte en cada momento.

En 1921 es elegido para representar al Naha-Te en una presentación al príncipe Hirohito (que posteriormente llegaría a ser emperador del Japón), dejando impresionados a los visitantes japoneses. Intuyendo el futuro de las artes de Okinawa, organiza en 1926 el "Club de Investigación sobre el Karate", llamando a Chomo Hanashiro (Shuri-Te), Kenwa Mabuni (Shito-Ryu) y Mobutu Choyo, con los que trabaja durante tres años en pulir los aspectos básicos, katas, entrenamiento físico y filosofía del Karate. En 1929 es invitado a Japón, a una convención de todas las artes marciales Japonesas. Es en esta ocasión cuando se dió el nombre formal al estilo, tal y como se explica en Origenes del Goju Ryu.

Go significa "duro", y Ju significa "suave". Dado que el estilo era una combinación de estos conceptos recibió el nombre de "Goju Ryu". En 1933 fué registrado oficialmente con ese nombre en la Dai Nippon Butoku-Kai, la Asociación Japonesa de Artes Marciales, y el Karate es reconocido oficialmente como un arte marcial japonés. Al mismo tiempo, Miyagi recibe el título honorífico de Kyoshi. Ese mismo año presenta un artículo titulado "Fundamentos del Karate-Do". Al año siguiente, Miyagi es nombrado director de la sección de Okinawa de la Butoku-Kai. En 1936 vuelve a China para continuar sus estudios, esta vez en Shangai. A su regreso crea los katas Gekisai dai Ichi y Gekisai Dai Ni.








Tras la segunda guerra mundial, la ocupación de Okinawa por las fuerzas Aliadas fué un periodo turbulento en el arte del Karate. Entre las pérdidas humanas se incluian uno de los hijos de Miyagi, y su estudiante más avanzado, Jinan Shinzato. Hubo un periodo en el que quedó olvidado el entrenamiento, mientras se reconstruía el país tras la guerra. En 1946, Miyagi es nombrado director de la Asociación Civil de Okinawa de Educación Física, y reanuda la práctica de las artes marciales, enseñando en la Academia de Policía y en un Dojo particular, conocido como "El Jardín". Es en este último lugar donde estudiaron Seikichi Toguchi, Anichi Miyagi, Seko Higa, Meitoku Yagi, Eiichi Miyazato y Teruo Chinen. Actualmente, casi todos sus alumnos directos han muerto. Solo tres de ellos, Yagi, Toguchi y Miyazato, enseñan aún Goju Ryu en Okinawa.

Chojun Miyagi murió el 8 de octubre de 1953 a la edad de 65 años. Miyagi dedicó toda su vida al Karate de Okinawa. No solo dió a conocer el hasta entonces misterioso método de lucha proveniente de una isla perdida al sur del Japón, sino que además lo desarrolló hasta convertirlo en un complejo arte marcial.


Texto extraido de
“Shorei Kan Goju Ryu Okinawa,”
www.gorinkai.com


Principles Of Kata


There are 4 types of information, principles, or concepts which can be taken out of each kata, and which provide an opportunity for a lifetime of study and practice.

These aspects form the basis of the “jitsu” concept within karate.

1. BUNKAI Bunkai means “to take apart, to dissect, for the purposes of examination”. This means that the study of bunkai involves taking discrete parts of the kata and examining them to determine what they mean, and how they can be applied practically. It is a literal translation of the kata with little or no modification. When seeing the techniques performed against an actual attacker, it is very easy to identify which kata, and what part of the kata is being employed. The actual application or practical performance of the technique is known as “oyo”. However, through common usage, within the karate environment bunkai means not only the interpretation of the technique, but also its subsequent physical application and training. When learning kata it is very helpful to learn appropriate bunkai and interpretations at the same time. This allows the kata to be practiced with meaning and indicates such things as focus, power, where to look and so on. Kata makes sense only when the attendant bunkai is understood. Otherwise it becomes just a dance or sequence of karate-type movements. Even on this basic level it can be seen that failing to understand the bunkai means failure to understand the kata.

2. HENTE Hente means “variation”, and the study of hente adds a practical depth to the fundamental kata. It is through not understanding the concept of hente that many practitioners are led to believe that bunkai and therefore kata is less than useful in the real world self defence environment. But hente allows the bunkai to be varied to take into account changed circumstances. The original bunkai is modified or varied to suit such circumstances as a different attack than the normal bunkai would address, different distances, angles, number of attackers, nature of the environment and so on. The study and practice of hente does not alter the original kata, but gives the practitioner a deeper understanding of the potentials held within the kata itself.

3. KAKUSHITE Kakushite means “hidden techniques”. In the performance of the kata, the intention doesn’t show, as the technique is hidden inside the performance of the kata. It can be used at anytime. It is not the same as hente, as hente can be applied to kakushite. Basically the hidden techniques are the “connecting” techniques which can be practiced with the kata. The hidden techniques can actually occur before, after, or in the place of the original kata technique. Sometimes these techniques have been shrouded in mystery, being referred to as “secret” techniques only available to the most senior and trusted students. In reality they are there for everybody if you have trained long enough to comprehend and deal with the principle. It is suggested that to practice the identification and practice of hidden techniques you should select your favourite or best kata, which you have practiced to the point of total confidence over many years. Then work out your own “hidden techniques” which you may sometimes insert into your kata in private practice, and most certainly into your kumite. Never practice hidden techniques when performing kata in the dojo environment. In the sequence of development of “shu-ha-ri”, practicing hidden techniques is something the practitioner can work on after they have entered the “ha” stage of their development.

4. KYUSHO This is the highest level of application of the kata in a physical sense. In bunkai, hente and kakushite it is a lower level skill to simply “blast away”, and hit anything in the general target area. Kyusho implies that the various strikes and attacks are focused, and pinpointed against vital points or acupuncture points. In Chinese systems kyusho is known as “cavity strikes”. This requires complete focus and control of the techniques to avoid injury to training partners. It also requires resuscitation training. Kyusho techniques are discussed in great detail in the Bubishi, and call for the highest level of skill in the martial artist. Bunkai, hente and kakushite are used to enter the opponent and give the opportunity to employ kyusho strikes. To learn and practice Kyusho, one needs a teacher who is thoroughly familiar with this level of application, who knows all the appropriate acupuncture points, their effect, how to “enter” the target, and how to deal with injuries.

From the above discussions I have tried to place kata into its context as a major part of karate-do trainings. In my own experience, kata and its place in karate and how it translates to kumite via bunkai is a mystery many martial artists do not comprehend. The forgoing may be deficient in many respects, it is my hope that the discussion helps the understanding of karate-do.
THE SANSEI PAGELinks to this post

Tomado: The Sansei Page.
Publicado por Hanshi Saavedra.
Link: http://sanseipage.blogspot.com/

Sansei Goju - Torneo Puerto Rico 2010

























miércoles, 20 de octubre de 2010

El libro de los Cinco Anillos – Por Miyamoto Musashi



El libro de los Cinco Anillos – Por Miyamoto Musashi

El Libro de los Cinco Anillos (en japonés Go-rin no sho) es un tratado sobre el Kenjutsu escrito por Miyamoto Musashi en su vejez, durante su retiro de ermitaño en la Cueva de Reigendo en 1643, y finalizado el 19 de mayo de 1645, pocas semanas antes de su muerte. El libro está dedicado a su pupilo Teruo Magonojo.
Se considera un tratado clásico sobre la estrategia militar de Japón, en una línea semejante al Arte de la Guerra, escrito por el estratega chino Sun Tzu.
A diferencia de otros samuráis o ronin, Musashi desechó en su día la idea de fundar una escuela de kenjutsu (la cual más tarde perfeccionaría y llamaría como Niten Ichi Ryu) aprovechando su fama y prestigio en todo el Japón de la época, y prefirió una vida más espartana de dedicación exclusiva al estudio del arte de la espada mediante constantes viajes y vagabundeos por todo el país.
El Libro de los Cinco Anillos comienza con una introducción, donde el propio Musashi hace una breve presentación de él mismo, expone su experiencia como guerrero y su dedicación por adquirir los principios del Camino de la estrategia del Niten Ichi Ryu. Bajo esta escuela se basa el libro, el cual se divide en cinco volúmenes siguiendo este orden:
  • El Manuscrito de la Tierra
  • El Manuscrito del Agua
  • El Manuscrito del Fuego
  • El Manuscrito del Viento
  • El Manuscrito del Vacío
Los nombres de estos manuscritos están inspirados en los nombres de algunos de los elementos que conforman la naturaleza de acuerdo a la filosofía budista.

El Manuscrito de la Tierra

Este apartado trata sobre la importancia de la estrategia militar, o como él lo llama: el “Camino de la estrategia”. En este manuscrito establece cuál es el espíritu y los requisitos morales para aprender este Camino. Recalca que su escuela enseña la ventaja que ofrece el estilo de combate con dos sables al mismo tiempo: el sable largo (katana) y el corto (wakizashi).
Hace comparaciones del camino estratégico del guerrero con el camino de otros oficios tales como el del agricultor, del comerciante, etc.
También en este manuscrito, Musashi hace un preámbulo de éste y los demás manuscritos. Aquí Musashi explica de qué trata su obra y cómo se divide.
Musashi compara las características del sable con las de otras armas tales como la lanza, el arco y la alabarda. Se explica también la importancia de manejar adecuadamente los tiempos y ritmos en la estrategia. Esto implica hacer las cosas en el tiempo preciso u oportuno para triunfar.
Musashi también trata sobre la planeación organización y liderazgo usando comparaciones metafóricas, pero una de las metáforas que más destacan es la del “carpintero”. Aquí se explica con mejor detalle cómo debe ser aplicada la estrategia. En el antiguo Japón le llamaban “carpintero” al arquitecto o al constructor de edificios y no al que hace sólo muebles, porque en aquel tiempo las edificaciones comunes eran de madera y sólo las fortificaciones o castillos eran de piedra y madera. Así que cuando Musashi trata sobre el “Camino del carpintero” en realidad se refiere al “Camino del arquitecto”.
Usando la comparación del arquitecto, Musashi establece cómo debe ser aplicada la estrategia: así como un arquitecto planifica poniendo el proyecto en su medida correcta y en base a este plan realiza el trabajo, así se debe aplicar la estrategia en el campo militar o en otros oficios. Luego, Musashi describe que aquel que dirige correctamente la construcción, selecciona la madera buena y fuerte para las columnas o pilares, la madera menos fuerte para umbrales, puertas. Las maderas nudosas o de mala calidad sirven para ayudar a la construcción como hacer andamios, y luego para hacerlos leña. Con esta descripción, Musashi enseña que en toda empresa o proyecto se debe colocar todo el material con que se cuenta, en el lugar que le corresponde para lograr el éxito. Es decir, si no se logra distribuir todos los recursos apropiadamente para lograr una meta, entonces simplemente se fracasará. O dicho figuradamente: si se usa madera nudosa para construir columnas, éstas tarde o temprano fallarán y caerán, y toda la construcción se irá a pique.
Después Musashi sigue usando la comparación de la arquitectura con el Camino de la estrategia y dice que el jefe de construcción designa sus hombres adecuadamente: los especialistas para fabricar las distintas capas de pisos, especialistas para construir puertas, umbrales, dinteles, techos etc. La gente menos preparada es usada para ensamblar, fabricar cuñas y trabajos diversos. Con esta comparación Musashi enseña que el líder debe seleccionar apropiadamente el personal que reúna el perfil adecuado para lograr la realización de sus proyectos. El líder debe conocer las habilidades de cada uno de sus subordinados y por lo tanto saber delegar. Aquel dirigente que no conozca las características de su personal, tiende al fracaso. Un líder debe saber discernir quién de su personal puede ayudar o desempeñarse mejor en una determinada labor.
Mushasi sigue haciendo más comparaciones de la arquitectura con la estrategia, que ya no cabrían en este artículo, pero estas comparaciones contienen principios muy valiosos para lograr el éxito. Mushasi remata la sección de las comparaciones con esta frase: “Inserte estas palabras (del libro) en su corazón, hay que investigar más sobre esto”.
El maestro Musashi establece los principios para alcanzar este Camino:
  • Piensa honestamente.
  • Entrena constante y mentalmente.
  • Ponte al tanto de varias artes marciales.
  • Conoce los Caminos de otras profesiones.
  • Distingue las ventajas y desventajas de cualquier asunto
  • Aprende a ver las cosas con un enfoque preciso.
  • Percibe y comprende aquellas cosas que a simple vista no se pueden ver.
  • Presta atención aún en los pequeños detalles.
  • Haz cosas útiles.
Sobre lo anterior, Musashi añade: “Pon estos principios en tu corazón para entrenarse en el Camino de la estrategia. Si no miras las cosas desde una amplia perspectiva será difícil que llegues a ser un experto en la estrategia”. Más adelante afirma que el que domina este Camino es capaz de doblegar a más de veinte enemigos, el líder que aplica el Camino de la estrategia es capaz de dirigir competentemente a sus subordinados. Finalmente, culmina las lecciones de este manuscrito con esta frase: “Saber cómo se gana, ayuda a uno mismo y al prestigio, esto es el Camino de la estrategia”.

El Manuscrito del Agua [editar]

En este apartado se explican los métodos para alcanzar la victoria, usando ciertas posturas, técnicas para empuñar el sable correctamente, para mover el cuerpo, diferentes técnicas de corte, el manejo de ritmos, tiempos, de cómo combatir contra varios adversarios a la vez. El interés de Musashi se centra en que quiere que el practicante aprenda a moverse adecuadamente adquiriendo una flexibilidad natural adaptándose a las circunstancias con una fluidez como la del agua que se adapta a la forma del recipiente o del cauce que lo contiene. Dice Musashi: “siguiendo al agua como modelo, el espíritu debe ser como el agua”.
Pero antes de comenzar formalmente las lecciones, Musashi recomienda enfatizando que su libro debe leerse con mucho detenimiento: “Si interpretas estos textos a la ligera, cometerás muchos errores en el Camino”. Más adelante recalca: “No leas por leer, ni imites, sino que debes tener interés por descubrir tú mismo estas cosas, se debe reflexionar”.
Después, da consejos importantes sobre el estado de ánimo ideal, en las cuales recomienda estar en equilibrio, el ánimo no debe estar sobresaltado pero tampoco menguado. No debemos sentirnos mucho pero tampoco sentirnos menos. Musashi dice que los sentimientos no deben dominar al cuerpo, ni el cuerpo dominar a los sentimientos, debe haber un equilibrio. Lo que sí debe dominar a todos es la inteligencia. La sabiduría en el campo de batalla es lo que domina.
Después de estos útiles consejos aplicables no sólo en las artes marciales sino también en la vida diaria, Musashi comienza formalmente su cátedra de técnicas. La explicación de estas técnicas involucran reflexión tal como Musashi lo advierte, por lo que sus lecciones del manejo del sable pueden considerarse metáforas que pueden aplicarse en cualquier actividad de la vida, de hecho Musashi casi en todo el libro después de que explica una técnica siempre termina cada lección con frases como: “Se debe estudiar esto bien”, “se debe pensar esto con cuidado”, “debes examinar esto para comprenderlo” o “hay que reflexionar”, es decir, él invita a que se vea más allá de la simple lectura. El maestro Musashi dice al respecto: “Piensa a fondo cada letra y cada palabra de este libro”. Por lo tanto, como sus lecciones son metafóricas, da lugar a distintos significados o interpretaciones que se identifican o se amoldan a cualquier actividad en la vida diaria y que no necesariamente tenga que ver con las artes marciales.
Entre las técnicas que guardan comparaciones o metáforas destaca por ejemplo:
Vista y Percepción, uniendo ambos ojos. Con "uniendo ambos ojos" Musashi se refiere a que hay que saber combinar el ojo de la vista con el ojo de la percepción. Aquí se le da importancia a la percepción que la simple vista en sí. Musashi dice "La percepción es fuerte y ves aquello donde la vista es débil". Se deben ver las cosas desde una perspectiva amplia diferente a lo normal. Las cosas cercanas se deben ver como si estuvieran lejos y las cosas lejanas como si estuvieran cerca. Esto significa que hay que buscar siempre el enfoque adecuado para comprender las cosas. Se debe ver sin girar los ojos, es decir, desarrollar la visión periférica. Mirar atentamente y sin distracciones.
Otras técnicas importantes son las llamadas Las cinco posturas, las cuales son cinco posturas básicas de ponerse en guardia. Pero Musashi aclara que estas posturas no son para defender sino que son para atacar. Independientemente de la postura que uno adopte, lo primordial es pensar en la intención de cortar al enemigo.
Prácticamente la esencia de las lecciones de Musashi en el manejo de los dos sables gira en torno a unas técnicas llamadas Las cinco técnicas, las cuales consisten en cinco formas básicas de ataque y que tienen relación directa con las cinco posturas citadas anteriormente. Otra de las técnicas que vale la pena mencionar es la llamada Postura sin postura. Aquí se aplica un principio que consiste en “ponerse en guardia sin ponerse en guardia”. Esto es que en el combate no se debe estar siempre con una postura fija, sino que se debe cambiar constantemente la puesta en guardia de acuerdo a las circunstancias, del mismo modo como el agua cambia su forma de acuerdo a la forma del cauce por donde fluye ésta. Éste es el motivo del nombre de este manuscrito. Estos cambios son dinámicos que da la impresión de que no se adopta una postura, sin embargo allí están, a simple vista no se ve, pero allí están esas cinco técnicas que se han mencionado anteriormente. Nuevamente Musashi sorprende con otra de sus enseñanzas filosóficas a pesar de que usa frases simples. “Si piensas sólo en golpear o tocar al enemigo, entonces probablemente no lo cortarás. Más bien, es importante pensar en la necesidad de cortarlo. Debemos examinar a fondo esto”. Una de las interpretaciones sobre esto, se refiere a que en cualquier actividad en la vida diaria se debe siempre visualizar la meta, si no se visualiza, nunca se llegará a esa meta. Dicho en otras palabras: si se ataca sin pensar o sin visualizar en cortar al adversario, entonces probablemente nunca se cortará. O sea, que se debe actuar siempre teniendo presente en la mente, cuáles son los objetivos verdaderos. Un proyecto sin objetivos definidos, no conduce a nada.
Después de varias técnicas más. El maestro termina este manuscrito recapitulando las lecciones anteriormente expuestas y encomienda al lector: “Recuerda que para vencer en la estrategia del sable, primero aprende las cinco posturas, las cinco técnicas, recordando el Camino del Sable”. Recomienda otra vez a modo de repaso, manejar correctamente el cuerpo y el sable suavemente con naturalidad, con ritmo. Después agrega: “Aunque venzas al enemigo, sin querer aprender (los principios de este libro), entonces no vas por el verdadero camino de la estrategia. En cambio si los aprendes, entonces serás capaz de vencer a decenas de hombres”.

El manuscrito del Fuego

En este manuscrito se ven técnicas que tienen que ver con diversas situaciones tales como el ambiente donde se está peleando, manejar el estado de ánimo del oponente, qué actitudes adoptar de acuerdo a determinada situación, cómo aplicar la técnica adecuada según la circunstancia, cómo aplicar estrategias para engañar y sorprender al rival y otras técnicas interesantes.
En este apartado el maestro Musashi una vez más reafirma que su “Camino de la estrategia” es el método seguro para que un solo hombre pueda vencer a cinco o a diez hombres. Siempre se repite el razonamiento como en los manuscritos anteriores de que si "un hombre puede golpear diez, entonces mil hombres pueden golpear diez mil".
Pero Musashi no sólo es un guerrero, también es un gran pensador y nuevamente acompaña sus lecciones haciendo comparaciones con situaciones de la vida cotidiana. Por lo cuál mucho de sus técnicas tienen nombres metafóricos.
En este manuscrito destacan los tres métodos para anticiparse al enemigo en el ataque: un método se llama Ken No Sen, en el cual nosotros tomamos la iniciativa. Otro se llama Tai No Sen, el cual trata de cómo estar preparado cuando el enemigo toma la iniciativa. Y el tercer método Tai Tai No Sen trata de cuando ambos peleadores comienzan al mismo tiempo el ataque.
Otra de las enseñanzas importantes del maestro es cuando compara una travesía marítima con determinada circunstancia que se nos pueda presentar en la vida, aquí el maestro dice que conociendo la ruta marítima, las circunstancias tales como el estado del clima, la dirección de los vientos, sabiendo cómo manejar adecuadamente la vela para aprovechar los vientos favorables o incluso con viento en contra se puede remar y llegar a puerto seguro. Esta misma filosofía se aplica en una contienda contra el enemigo. Así como uno se abre paso por el mar, así se debe abrir paso entre las filas del enemigo, se debe conocer la ruta y las circunstancias para vencer. Musashi dice al respecto: “En la estrategia, también es importante surcar la travesía en medio de la lucha”.
Otra técnica interesante es la llamada Hacerse el enemigo. Ésta se refiere a que hay que ponerse en los zapatos del enemigo, es decir, desde su punto de vista. Musashi lo explica de esta manera: “generalmente la sociedad se convence de que un ladrón dentro de una casa es un enemigo fortificado, si se ve desde afuera. Pero si imagináramos ser ese ladrón, entonces sentimos que todos los que están afuera son nuestros enemigos y las salidas están copadas, es una sensación desesperada. El que está encerrado se siente como un faisán y el que intenta entrar para atraparlo le parece que es un halcón”. Después Musashi advierte: “si te convences de que el enemigo es fuerte, entonces te vuelves cauteloso”, esto significa que te preocupas más en defender que en atacar, y esto va en contra de los principios de Musashi, ya que Musashi prioriza pensar en atacar antes que pensar en defenderse, tal como lo recomendó en el manuscrito del agua.
El maestro dice que si estás preparado, si entiendes el espíritu de la estrategia, entonces no tienes porqué preocuparte. No hay que obsesionarse con la preocupación acerca de las cualidades del oponente, ya que si se piensa en eso, seguramente se va a perder. Más bien, se debe pensar qué es lo que piensa él de nosotros, pensar que él también se preocupa de nosotros, ponernos en su lugar. En otras palabras: No nos fijemos en lo qué el enemigo es capaz de hacernos sino que nos fijemos en lo que podemos hacerle a él. No debemos pensar que el enemigo es bueno, sino que debemos procurar que el enemigo piense que nosotros somos muy buenos. Si combatimos pensando que el enemigo cree que somos muy duchos, de lo que somos capaces de hacerle, entonces estamos peleando con ventaja. El mismo Musashi afirma que si hacemos que el enemigo piense que nosotros somos maestros expertos, entonces probablemente él será derrotado. Mientras estamos peleando debemos pensar que él se preocupa de lo que somos capaces de hacerle. Con esta mentalidad se ganan las batallas.
Otra técnica notable de Musashi es la que se llama El cambio de la montaña y el mar. Ésta trata de que no es recomendable usar la misma técnica contra el adversario. Se permite hasta dos veces, pero no más de ahí. Si se utiliza una técnica que ha fallado dos veces, entonces no tiene caso repetir una tercera. Se debe cambiar de método. Musashi lo explica de forma poética: “Si el enemigo piensa en la montaña, imponle el mar; y si él piensa en el mar, imponle la montaña. Éste es el Camino de la estrategia. Esto es propio para que lo investigues cuidadosamente”. Una vez más el maestro japonés invita a la reflexión para que se aplique en la vida diaria.
Después de ésta y otras técnicas, Musashi termina este manuscrito garantizando al estudiante que el Camino de la estrategia lo mantendrá firme como una roca sin que nadie pueda moverlo. Luego, como un adelanto de lo que tratará en el siguiente manuscrito, compara su Camino con el camino que enseñan otras escuelas y dice que esas escuelas no enseñan el camino verdadero del cuerpo y el espíritu aunque parezca que sí. Musashi garantiza una vez más que si uno aprende correctamente su Camino, no hay duda que ganará.

El manuscrito del Viento

Este volumen también podría llamarse el Manuscrito del Estilo, ya que el carácter japonés para “viento” también significa “estilo”. Este manuscrito es una serie de comparaciones entre las enseñanzas de Musashi y las técnicas de otras escuelas de sable. El maestro saca a relucir los defectos de esas escuelas. Esas escuelas se estancan en viejas tradiciones, en cambio, la escuela de Musashi es más práctica y vanguardista.
Musashi también critica a aquellas escuelas que sólo tienen interés comercial, alejándose del verdadero espíritu y que sólo se preocupan por el tamaño del sable en vez de preocuparse del tamaño del espíritu o estado de ánimo de uno mismo y del enemigo.
Musashi dice que si se percibe el estado de ánimo y las intenciones del adversario, es lo que ayuda a ganar en vez de mirar el tamaño de sus armas. Musashi valora más el percibir que el mirar.
El maestro critica a esas escuelas que le dan excesiva importancia a las posturas en guardia. Musashi dice que las posturas tienen el espíritu defensivo en vez del espíritu combativo del camino de la estrategia. A Musashi no le gusta el carácter estático y defensivo de las posturas aunque las posturas como exhibición estarían bien, pero en un combate no tienen utilidad práctica a menos que se aplique la técnica Postura sin postura explicada en el manuscrito del Agua, donde las posturas adquieren un carácter dinámico y que es lo que le agrada a Musashi.
Musashi critica los protocolos de esas escuelas que le dan más importancia a las tradiciones que al verdadero crecimiento en las habilidades del discípulo.
Estos fueron algunos de los defectos de otras escuelas que Musashi describe en este manuscrito. Musashi advierte que para comprender lo que él enseña, es necesario conocer de antemano los errores de las técnicas enseñadas en otras escuelas.

El manuscrito del Vacío

Éste es el último y el más corto de los manuscritos. Curiosamente el carácter japonés para “vacío” también significa “cielo”. Aquí Musashi da sus últimas recomendaciones y aconseja no apartarse del camino verdadero, manteniendo un espíritu abierto, despejado, claro y sin confusiones. Musashi dice de esto: “el guerrero pule su corazón y mente, al punto de no caer en la oscuridad de un corazón confundido. También el guerrero ejercita en la vida diaria la vista y percepción sin que se nublen y cuando el cielo de la incertidumbre se le aclara, ahí está el Vacío verdadero”.
Regresando al primer manuscrito del libro, el de la Tierra, en la sección en el que se hace una introducción de los cinco manuscritos, Musashi así describe el combate con el Vacío: “Se razona (lo aprendido) y uno se separa de esa razón libremente. El Camino de la estrategia consiste en combatir con libertad y de forma natural”. Con esta frase, Musashi conceptúa el Vacío en la mente, es decir, que debemos combatir sin detenernos a pensar en sus enseñanzas, más bien debemos combatir con naturalidad casi instintivamente, aplicando claro está sus enseñanzas, pero sin pensar en ellas en el momento de combatir y este "no pensar" es precisamente cuando "uno se separa de esa razón libremente" de lo que se ha aprendido, esto es el Vacío.
Este es el máximo nivel al que puede llegar un combatiente, al que casi nadie o muy pocos llegan y que se supone que Musashi lo logró: pelear con el Vacío en su espíritu. Por algo el carácter japonés para “vacío” significa también “cielo”. Pelear en este estado o nivel, es lo sublime, es como llegar al cielo.

Legado

Después de la II Guerra Mundial, Japón quedó devastado. Sin embargo, logró levantarse. Este resurgimiento fue conceptualizado erróneamente en Occidente como “el milagro japonés”. No hubo tal milagro, sino que fue trabajo, disciplina y dedicación. Todo ello fue inspirado por sus creencias y convicciones, especialmente las budistas y por la disciplina aprendida de próceres tales como Miyamoto Musashi.
Los conceptos del libro de los Cinco Anillos, fue uno de los motores que impulsaron el renacer del Japón después de la guerra. Las estrategias enseñadas en este libro no son privativas del combate con sable, sino que son aplicables en cualquier actividad u oficio. Los empresarios japoneses aprovechan hábilmente las enseñanzas de este libro, y visto desde esa perspectiva se comprende porqué varias compañías japonesas tales como fabricantes de autos, electrónicos, etc., han tenido éxito a nivel mundial. Cada enseñanza de este libro se puede interpretar adaptándola a la profesión a la que uno está dedicado.
El mismo Musashi pide que se escudriñen sus palabras letra por letra para lograr el mejor entendimiento. Aparentemente no es más que un simple libro de artes marciales, pero detrás de sus letras se esconden otras enseñanzas que uno tiene que descubrir por su propia cuenta, tal como él lo pide. Ésta es una de las razones por las cuales uno de los nueve principios que Musashi expone en el primer manuscrito es aquel que dice: “Percibe y comprende aquellas cosas que a simple vista no se pueden ver”, es decir, Musashi no quiere que su libro se lea a la ligera, sino que se vea más allá de cada palabra. Por eso, Musashi, después de cada lección, siempre repite casi las mismas frases: “Se debe estudiar esto más a fondo”, “Debes investigar esto bien”, etc.
La mentalidad de los agricultores, artistas, artesanos, pintores, escultores, arquitectos, ingenieros y de otros profesionistas en Japón, está inspirada de forma consciente o inconsciente por la filosofía expuesta en el libro de los Cinco Anillos.

El Arte de la Estrategia


El Arte de la Estrategia

El Libro de los Cinco Anillos
Miyamoto Musashi
Desintegración
La desintegración le llega a todas las cosas. Cuando una casa, una persona, o un adversario se derrumba, se desmorona saliendo del ritmo del tiempo. En el arte de la guerra en sentido amplio, también es esencial encontrar el ritmo de los adversarios a medida que lo pierden, y perseguirlos para que no se abra ninguna brecha. Si dejas pasar los momentos vulnerables, existe la posibilidad de un contraataque. En el arte individual de la guerra, también sucede que un adversario pierda el ritmo en el combate y empiece a derrumbarse. Si no aprovechar esta oportunidad, el adversario se recobrará y empezará a presentarte dificultades. Es esencial seguir con atención cualquier pérdida de posición por parte de tu contrincante, para impedirle que se recupere.
Mover las sombras
"Mover las sombras" es algo que puedes hacer cuando no eres capaz de distinguir lo que tus adversarios están pensando. Cuando no puedes ver el estado de tus contrincantes, aparenta un poderoso ataque para ver qué hará el enemigo.
Parar las sombras
"Parar las sombras" es lo que haces cuando puede percibirse las intenciones agresivas del adversario hacia tí. En el arte la guerra en sentido amplio, esto quiere decir detener la acción del enemigo en el mismo punto de su arranque. Si muestras a los contrincantes contundentemente cómo controlas la ventaja, cambiarán sus intenciones paralizados por esta fuerza. Cambia tu también su actitud hacia una mente vacía, y desde ella toma la iniciativa; es desde aquí desde donde puedes ganar. Asimismo, en el arte individual de la guerra, te aprovechas de un ritmo ventajoso para atajar la fuerte determinación de la motivación del contrario; después encuentra la ventaja para ganar en el momento de la pausa y toma la iniciativa. Esto requiere mucha práctica.
Contagio
En todas partes hay contagio. Incluso el sueño y el bostezo pueden ser contagiosos. También existe el contagio del ritmo temporal. En el arte de la guerra en sentido amplio, cuando los adversarios están agitados y con toda evidencia tienen prisa por actuar, compórtate como si fueras totalmente indiferente, aparentando estar muy relajado y confortable. Si lo haces, los contrarios, influenciados por este estado de ánimo, perderán su entusiasmo inicial. Cuando creas que los contrincantes han "captado" estado de ánimo, vacía tu mente y actúa rápida y firmemente, para ganar la ventaja conquistada. También en el arte individual de la guerra, es esencial está relajado en cuerpo y mente, darse cuenta del momento en el que el contrincante se descuida, y tomar con celeridad la iniciativa para ganar.
Distraer la atención seduciendo.
También existe algo llamado " distraer seduciendo " que es parecido al " contagio ". Un estado de ánimo que distraer la atención es el aburrimiento. Otro es la agitación. Otro la pusilanimidad. Dominar cualquiera de ellos requiere práctica.
Desconcierto
El " desconcierto " sucede de muchas maneras. A veces ocurre con el sentimiento de estar sometido a una gran presión. Otras, porque la presión es desmesurada. Un tercer caso ocurre con el sentimiento de sorpresa ante lo inesperado. En el arte de la guerra a gran escala, es fundamental causar desconcierto. Es esencial atacar resueltamente cuando los enemigos no se lo esperan; después, cuando sus mentes tan agitadas, utiliza este hecho en tu favor para tomar la iniciativa y ganar. En el combate individual, muéstrate primero relajado, y después entra de repente a la carga con fuerza; cuando la mente del contrincante cambie de táctica, es esencial que sigas atentamente lo que hace, no dándole respiro un solo momento, percibiendo la ventaja del momento y juzgando exactamente entonces como ganar.
Susto
Existe el susto en toda clase de situaciones. Surge así la mente asustada por lo inesperado. Si puedes captar el momento del susto, puedes aprovecharte de este para vencer.
Adherirse estrechamente
" Adherirse estrechamente " significa pegarse a un contrincante, cuando estás luchando a poca distancia y observas que no te está yendo bien. El punto esencial es aprovecharse de las oportunidades de ganar incluso cuando estás luchando codo a codo.
Atacar los flancos
" Atacar los flancos " significa que cuando empujas algo con fuerza, difícilmente cede por las buenas. En el arte de las grandes batallas, observa a las tropas enemigas; cuando ha avanzado una oleada, ataca el flanco de este potente frente y obtendrás la superioridad. Cuando se derrumba el flanco, todo el mundo tiene la impresión de desmoronamiento. Pero incluso cuando se están desmoronando los flancos, es esencial darse cuenta de cuando cada uno de ellos está presto a derrumbarse, y sentir cómo vencerlos. También en el arte individual de la guerra, cuando infringes una herida a una parte del cuerpo, cada vez que el adversario hace un movimiento agresivo, su cuerpo se debilita poco a poco hasta que está listo para derrumbarse, y entonces es fácil vencerle. Es fundamental estudiar cuidadosamente todo esto para discernir el momento en que puedes ganar.
Confundir
Confundir a los contrincantes significa actuar de tal manera que les impida mantener la mente en calma. En el arte de las grandes pantallas, significa valorar las mentes de los adversarios en el campo de batalla, y servirte del poder de tu conocimiento del arte de la guerra para manipular su atención, confundiendo sus pensamientos acerca de lo que vas a hacer; esto quiere decir encontrar un ritmo que aturda a los enemigos, discerniendo con precisión cuál es el momento de ganarles. También en el arte individual de la guerra, intenta varias maniobras según la oportunidad del momento, haciendo pensar al contrincante que ahora vas a hacer esto, después lo otro, y a continuación algo distinto, hasta que veas que empieza a estar desconcertado, y así ganar a voluntad. Esta es la esencia de la batalla.
Aplastar
" Aplastar " exige un estado de ánimo de aniquilamiento, como cuando ves débil a un adversario y te creces entonces para vencerle. En el arte de las grandes batallas, estos significa despreciar a los enemigos cuando su número es pequeño; o incluso si son muchos, concentrar tu fuerza en aplastarlos, si estando desmoralizados y debilitados, poniéndolos en situación de inferioridad. Si tú " aplastamiento " es débil, puede volverse contra ti. Tienes que sabe distinguir cuidadosamente cuando estás en pleno control de ti mismo en el momento de atacar para aplastar. También en el arte individual de la guerra, cuando tú contrincante no está tan entrenado como tú, o cuando su ritmo disminuye, o cuando empieza a retroceder, es esencial no dejarle que tome aliento, ni concederle siquiera el tiempo de pestañear: abátele inmediatamente. Lo más importante es no dejarle recuperarse. Todo esto ha de ser estudiado cuidadosamente.
Cambiar la montaña y el mar
" Montaña y mar " significa que es perjudicial hacer lo mismo una otra vez. Puedes repetir algo una vez, pero no hacerlo una tercera. Cuando intentas algo en un adversario, si no funciona la primera vez, no obtendrás ningún beneficio apresurándote en hacerlo de nuevo. Cambia abruptamente tu táctica, haciendo algo completamente diferente. Si esto tampoco funciona, prueba entonces algo distinto. Así pues, la ciencia del arte de la guerra implica la presencia de la mente para " actuar como el mar, cuando el enemigo es como una montaña, y actuar como una montaña, cuando el enemigo es como un mar ". Esto exige una atenta reflexión.
Eliminar el corazón
Cuando luchas con un enemigo y parece que estás ganando por tu habilidad en esta ciencia, el adversario quizás todavía mantenga la esperanza y, aunque aparentemente derrotado, se niegue a reconocer internamente la derrota. " Eliminar el corazón " se aplica en estos casos. Esto significa cambiar repentinamente de actitud, para hacer que el enemigo vez de mantener esa idea; lo principal en este caso es observar cómo se siente derrotado desde el fondo de su corazón. Puedes " eliminar el corazón " (La Esperanza) de la gente con armas, con tu cuerpo, o con tu mente. Esto no ha de entenderse de una sola manera. Cuando tus enemigos han perdido completamente el corazón (la esperanza), ya no tienes que prestarles atención nunca más. En otro caso, manténte alerta. Si los enemigos conservan aún sus ambiciones, difícilmente sucumbirán.
Renovarse
Cuando luchas con enemigos, si sientes que estás estancado y no progresas, arroja fuera tu estado de ánimo y piensa que estás empezando todo de nuevo. A medida que te hagas con este ritmo, discierne cuando ganar. Esto es "renovarse ".En cualquier ocasión en que sientes que se está produciendo tensión y fricción entre tú y los demás, si cambias tu mente en ese preciso instante, puedes vencer con una clara ventaja. Esto es " renovarse ". En el arte de la guerra a gran escala es esencial entender que significa " renovarse ". Es algo que aparece de repente mediante el poder del conocimiento el arte de la guerra. Esto debe ser atentamente considerado.
Grande y pequeño
Cuando estás luchando contra algún enemigo y te sientes atrapado en pequeña maniobras, recuerda esta ley del arte de la Guerra: en medio de los detalles, cambia súbitamente a una vasta perspectiva. Cambiar a lo grande o a lo pequeño es una parte voluntaria de la ciencia del arte de la guerra. Es esencial para los guerreros intentar hacerlo también en la conciencia ordinaria de la vida humana.
Un jefe que conoce a los soldados.
" Un jefe que conoce a los soldados " es un método practicado siempre en tiempos de conflicto, tras haber alcanzado la maestría a la que uno aspira: habiendo logrado el poder del conocimiento del arte de la guerra, piensa en los adversarios como en tus propios soldados, sabiendo que puedes ordenarles lo que desees y manejarles con libertad. Tú eres el jefe, los adversarios son las tropas. Esto requiere práctica.
Ser como un muro de roca.
" Ser como un muro de roca " ocurre cuando un maestro del arte de la guerra se vuelve de repente como un muro de roca, inaccesible a cualquier cosa y completamente inamovible.

jueves, 30 de septiembre de 2010

La reunión de Artes Marciales de los Gatos

La reunión de Artes Marciales de los Gatos
Taisen Deshimaru
Traducido del libro "The Zen Way to the Martial Arts", Penguin/Arkanai.

Hace 200 años, en Japón, antes de la Restauración Meiji, existió un maestro de Kendo llamado Shoken, su hogar estaba infestada por una inmensa rata. Esta es una historia inusual de gatos y ratas.
Cada noche la rata grande llegaba a la casa de Shoken y lo mantenía despierto. Tenía que dormir durante el día. Consultó a un amigo que se dedicaba a criar gatos, algo así como un entenador de gatos. Shoken le dijo, "Préstame tu mejor gato".

El entrenador le prestó un gato de callejón, extremadamente rápido y un muy ávido cazador de ratas, con garras firmes y músculos de gran fuerza. Pero cuando se enfrentó cara a cara con la rata en la pieza, la rata no cedió terreno y el gato tuvo que darse la vuelta y correr. Había algo decididamente especial con aquella rata.

Shoken prestó entonces un segundo gato, uno de color gengibre, con un ki increíble y una personalidad agresiva. Este segundo gato no cedió terreno, de esta manera el gato y la rata lucharon; pero la rata lo superó y el gato tuvo que realizar una presurosa retirada.
Buscó un tercer gato, uno de color blanco y negro, lo enfrentó a la rata pero no corrió mejor suerte que los dos anteriores.

Shoken prestó un gato más, el cuarto; era negro, viejo y no estúpido, pero on era tan fuerte como el gato de callejón o el gato color gengibre. Entró al cuarto, la rata lo miró un poco y avanzó. El gato negro se sentó, muy imperturbado y se mantuvo completamente inmóvil. Uno titubeo cruzó la mente de la rata. Se acercó cautamente poco a poco; estaba sólo un poquito asustado. Repentinamente el gato lo agarró por el cuello, lo mató y se lo llevó arrastrando.

Posteriormente Shoken se fue a ver a su amigo entrenador de gatos y le dijo, "Cuantas veces he perseguido a esa rata con mi espada de madera, pero en vez de golpearlo me rasguñaba; como pudo tu gato negro deshacerse de él?"

El amigo le dijo, "Lo que deberíamos hacer es citar a una reunión y preguntarle directamente a los gatos. Tu eres un maestro de Kendo, tú haz las preguntas; estoy bastante suguro que todos entienden sobre artes marciales".

Así que hubo una reunión de gatos, era presidida por el gato negro que era el más viejo de todos. El gato de callejón tomó la palabra y dijo, "Soy muy fuerte".
El gato negro preguntó, "Entonces por qué no le venciste?"
El gato de callejón respondió, "Créanme, soy muy fuerte; sé cientos de diferentes técnicas para atrapar ratas. Mis garras son fuertes y mis músculos me dan un largo alcance. Pero esa rata no era una rata común y corriente".

El gato negro dijo entonces, "Entonces tu fuerza y tus técnicas no se compararon con las de aquella rata. Tendrás mucho músculo y nuchas wasa, pero habilidad sola no fue suficiente. De ninguna manera!"
El gato jengibre habló: "Soy enormemente fuerte, estoy constantemente ejercitando mi ki y mi respiración a través de zazen. Me alimento de vegetales y sopa de arroz, por ello tengo tanta energía. Pero me fue imposible vencer la rata. Por qué?

El gato negro respondió, "Tu actividad y energía son grandes, es cierto, pero la rata estaba más allá de tu energía; eres más débil que la gran rata. Si estás fijándote en tu ki, orgulloso de ella, se transforma en algo así como grasa. Tu ki es sólo una explosión transitoria, no puede durar y todo lo que queda es un gato furioso. Tu ki puede compararse con agua que fluye de una llave; pero la de la rata es como un gran geyser. Esa es la razón por la cual la rata fue más fuerte. Aunque tengas un ki muy fuerte, en realidad es débil pues confías demasiado en ti mismo."

Le llegó el turno de hablar al gato blanco y negro, quien también había sido vencido. El no era muy fuerte, pero era inteligente. Tenía satori, había terminado con wasa y utilizaba todo su tiempo practicando zazen. Pero no era mushotoku (eso es, sin metas ni deseos de ganancia), y él también se vio forzado a correr para sobrevivir.

El gato negro le dijo, "Eres extremadamente inteligente y fuerte también. Pero no pudiste vencer a la rata pues tenías un objetivo, de tal manera la intuición de la rata fue más efectiva que la tuya. En el instante que entraste a la pieza entendió tu actitud y estado mental y fue por eso que no pudiste vencerlo. Te fue imposible armonizar tu fuerza, tu técnica y tu conciencia activa; se quedaron separadas en vez de unirse en una.

"Mientras que yo, en un instante único, usé todas esas tres facultades inconcientemente, natural y automáticamente, y de esa manera me fue posible matar a la rata.

"Pero conozco un gato, en un pueblo no muy lejos de aquí, que es más fuerte aún que yo. El es muy, muy viejo y sus mostachos son grises. Lo conocí una vez, y ciertamente no hay nada que indique que es fuerte! Duerme todo el día. Nunca come carne ni siquiera pescado, sólo genmai (sopa de arroz), aunque a veces toma unas gotas de sake. Nunca ha atrapado una sola rata pues le tienen un miedo mortal y se arrancan de él como hojas al viento. Se mantienen tan alejados que nunca tiene la oportunidad de atrapar siquiera uno. Un día entró en una casa completamente infestada de ratas; bueno, todas las ratas desaparecieron ese mismo instante y se fueron a vivir en otras casas. Los podía espantar en sus sueños. Ese gato barbagris es misterioso e impresionante. Deben ser como él: más allá de las posturas, más allá de la respiración, más allá de la conciencia."

Para Shoken, el maestro de kendo, esta fue una gran lección.
En zazen, ya estás más allá de posturas, más allá de la respiración, más allá de la conciencia.


Fuente:
Karate Do Shotokai Enyclopedia on Karate-do and Japanese Martial Arts
http://www.shotokai.cl/
Direccióon de Internet: http://www.shotokai.com/leyendas/gatos.html